Viajes Internacionales

Alentejo y Extremadura. Mérida a Madrid

Capítulo 6. De Mérida a Madrid

Prácticamente pasamos dos días en la magnífica ciudad de Mérida. Hace cerca de 10 años de mi última visita y tocaba rememorarlo como Dios manda.

Disfrutamos de alguna procesión de Semana Santa y aunque el marco es casi inmejorable y aun siendo de Interés Turístico Internacional nos defraudaron. Quizá el siguiente comentario parezca de un paleto, que puedo serlo, pero no me lo considero.

Soy de un pueblo de unos 29.000 habitantes en el sur de Alicante, Crevillente, y las procesiones de Semana Santa tienen la misma catalogación; eso sí, no tenemos un puente romano por el que procesionar, pero aun siendo mejorables en algunos aspectos son mucho mejor (a mi parecer) que las que vimos en Mérida. Vimos un par de ellas, todas con retraso más que considerable sobre el horario previsto. En los distintos lugares donde las vi había tal alboroto que parecía un día de mercado, gente cruzando y caminando justo a los cofrades, etc… incluso alguno que iba en patinete y otro empujando una bicicleta; esto último hizo que mi madre y yo nos riéramos de la situación y perder el contexto de dónde estábamos. No entendí en ningún momento cómo se permite ese comportamiento. Sin contar en cómo estaba el suelo, repleto de cáscaras de pipas. He ido al circo y he visto menos alboroto que en estos momentos de procesión.

Estas catalogaciones, como las de los Patrimonios de la Humanidad, están sobrevaloradas. No las entiendo.

Esto fue lo único que no me gustó de la visita a Mérida; por lo demás salí encantado. Algún mosquito menos en la zona del río estaría mejor, pero bueno, tampoco me voy a quejar porqué por mi zona los hay como elefantes y hasta que la gente no se presenta delante del ayuntamiento a prenderle fuego no son capaces de fumigar las zonas aledañas a la Laguna de Torrevieja.

Desconocía que Mérida también tiene su acueducto; de hecho, creo que mucha gente lo desconoce.

Acueducto de los milagros

El Acueducto de los Milagros toma nombre a causa de que los lugareños comentaran que era un milagro que siguiera en pie según su estado de conservación. Sí, no es el de Segovia y puede que tampoco sea romano y sí visigodo, pero tiene su encanto y mucho; formando parte del conjunto arqueológico de Mérida que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1993.

Si te gusta la historia, aquí en Mérida tienes un poco, así que mi recomendación es que hagas un tour completo. Si tienes la suerte de que te toque una guía que hace su trabajo con todo lujo de detalles, mucho mejor.

Teatro romano
Templo de Diana
Puente romano sobre el Guadiana

Después del tour puedes visitar el Museo Nacional de Arte Romano, que además es gratis. Complétalo con la audioguía, pero no pretendas que la secuencia de los audios sea la misma que la de las galerías por las que caminas. Además, solucionar eso sería un imposible sólo al alcance de unos pocos dioses. Aun así, hazlo.

En la mañana del Viernes Santo, 15 de abril, nos levantamos y nos montamos en Sabrina para recorrer lo que será nuestro último trayecto de este viaje. Eso sí, lo dividiremos en 2 tramos.

La salida de Mérida la hicimos por la EX¬-307 y a la altura de Valverde de Mérida fuimos en busca de la A-5 por la que circulamos tranquilamente y rápido hasta la salida 287 donde tomamos dirección Escurial y comenzamos a disfrutar de la moto al tomar la EX-102. Prácticamente podría llegar al cruce previo de Guadalupe circulando por esta carretera de titularidad de la Junta de Extremadura, pero antes de llegar a Cañamero hay un cruce escondido a nuestra derecha. Si lo tomamos, circularemos durante unos centenares de metros paralelos por la CC-21.2 y luego continuaremos varios kilómetros por asfalto roto y rodeado de árboles hasta que nos topemos con la EX-116, que nos devuelve de nuevo a la EX-102 por la que disfrutaremos del trazado hasta la rotonda en la que nace la EX-118 que nos lleva hasta Guadalupe.

Hace muchos años que tenía pendiente la visita a Guadalupe. Cuando me dio por la bicicleta, era mi escapada siempre postpuesta, una y otra vez. Ahora con la moto también la había postpuesto en alguna ocasión. Aun siendo un destino motero siempre me había decidido por otro destino, pero en este viaje por Extremadura no lo iba a dejar escapar.

El pueblo estaba muy, pero que muy, concurrido. La festividad del Viernes Santo hace que muchos más turistas nos desplacemos allí. Puedes pasear y disfrutar de los encantos del pueblo, pero lo que más te llamará la atención será el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe.

Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe

Otro Patrimonio de la Humanidad. En su interior se custodia la Virgen de Guadalupe, la cual desconocía que es negra, patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad. En referencia a esto último puedo presumir que he estado delante de la Virgen de Guadalupe en España como en México. Allí cualquier mexicano siente devoción por ella y los más normal es que cualquier sicario se encomiende a su virgensita antes de hacer su trabajo. No exagero. Así de contradictorio es el ser humano. En México se le apareció al indígena chichimeca Juan Diego Cuauhtlatoatzin y en España al vaquero Gil Cordero.

En el altar se encuentran enterrados Enrique IV de Castilla y su madre María de Aragón. La hermana de Enrique fue Isabel I, LA REINA. Con la visita que hice a Granada y al sepulcro de los Reyes Católicos (donde también están enterrados Felipe I El Hermoso y Juana I, La Loca) puedo decir que he estado en los sepulcros de todos los reyes de “las Españas” a excepción de Amadeo I (de la casa Saboya). Sí también he estado en el de Pepe Botella. Quizá en un futurible viaje a los Alpes me acerque a Turín a ponerme el pin.

Entre los encantos del pueblo que creció entorno del primer santuario podemos encontrar el Arco de Sevilla o el Arco del Tinte.

Los más probable es que en un día tan concurrido te los encuentres con gente haciendo uso de él; pasando por debajo, claro, pero que también lo veas acaparado por alguna morritos de las que se tira minutos posando para que sus amiguis le hagan la última fotis para subir a Instagram. Eso sí, no se te ocurra pasar por debajo del arco por el que continúa la calle después de estar esperando un par de minutos si no quieres que te llamen desconsiderado, por el hecho de no comprender que la importancia de esa foto es mucho mayor a la de que tú continúes tu paseo. Claro, mi paseo no tiene likes salvo el mío.

Después de tapear algo, comer la famosa morcilla y visitar el monasterio (previa cola de 1 hora para sacar la entrada) toca salir del precioso valle en el que nos encontramos. Para ello tomamos la salida norte por la revirada EX-118 y aquí comprendí porqué es un destino motero. Carretera en la que se encadena una curva con otra. Eso sí, este día con mucho tráfico.

A los pocos centenares de metros de la salida de la puebla de Guadalupe se encuentra la Ermita del Humilladero, cuyo verdadero nombre es Ermita de la Santa Cruz. Este es un lugar de descanso para que los peregrinos puedan orar con vistas al monasterio. Aquí, hoy podrás comer y disfrutar del merendero. Como curiosidad, Miguel de Cervantes trajo aquí sus cadenas con las que estuvo cautivo en Argel para ofrenda de la Virgen de Guadalupe.

Ermita del humilladero de Guadalupe

Sin soltar esta carretera y antes de llegar a Navalmoral de la Mata (donde no llegaremos) se encuentra el Templo de los Mármoles, justo antes de cruza el embalse de Valdecañas.

Templo de los mármoles

Con la construcción del embalse se anegaron las ruinas de un templo romano, La Cilla. Augustobriga era un municipio romano situado en la calzada que iba desde Emerita Augusta (Mérida) hasta Caesarobriga (Talavera de la Reina), Talavera La Vieja como también se le conoce.

Embalse de Valdecañas

Este sí es nuestro último hito de esta semana en moto. A partir de él mi madre y yo fuimos hablando de las conclusiones de nuestro viaje. Si mal no recuerdo, desde un crucero en el año 2007 no hacíamos un viaje de varios días juntos. Han pasado muchos años y muchas cosas desde entonces. Esas conclusiones las guardo para nosotros.

Para finalizar, deshicimos un par de kilómetros hasta el cruce con la EX-387 y circulamos por ella hasta que me cansé de hacerlo por carreteras con poco atractivo así que a la altura de Talavera de La Reina tomamos la A-5 por la que entramos triunfantes en Madrid.

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